SANDRA MODREGO ORTA

Sandra Modrego Orta es una artista visual radicada en Barcelona. Su obra es un himno a la vida y a la belleza de la experiencia humana, siempre capturando sus matices. La artista crea escenas coloridas, aparentemente simples, que abordan temas como el amor, el deseo, el cuerpo y el cosmos.

Hablar del deseo y los cuerpos es hablar de la vida, no solo de la lujuria. El deseo y el goce impregnan a las personas en todos los aspectos: son las fuerzas invisibles que mueven nuestro ser, determinando cómo percibimos el mundo. Modrego refleja cómo miramos nuestros propios cuerpos y los de los demás. A través de la simplificación gráfica, convierte las formas humanas en líneas y planos de color. El color, en su caso, es inseparable de la forma y el contenido de la obra, cuyo poder deriva de este proceso de uso cromático. Los colores planos le permiten generar amplitud, dejando que los cuerpos respiren y se conecten. La artista se enfoca en el papel de las emociones, canalizadas a través del uso específico del color y sus combinaciones.

Además de los nombres de personas específicas, en los títulos de las pinturas se mencionan lugares particulares. Las alusiones a París, una ciudad donde la artista ha vivido y con la que tiene una relación especial, son comunes. Para ella, la cultura francesa está impregnada de experiencias personales, emociones y recuerdos. La memoria crea mapas, asociando experiencias con ciertos escenarios. En sus obras más descriptivas, Modrego crea escenas donde figura y lugar se fusionan en el mismo espacio de color. París es la capital del flâneur, el paseante eterno que ama deambular. Las mujeres parisinas de Modrego se deleitan con lo que la ciudad ofrece, disfrutando de los pequeños placeres inesperados. Sus emociones del momento están íntimamente ligadas a la geografía en la que emergen.

Estos momentos de disfrute no pueden planearse: aparecen cuando el azar lo decide. El azar, como la energía cósmica, ofrece un destello de la naturaleza trascendente de la existencia humana. Incluso lo mundano lleva la marca del universo en la imaginación de la artista. La obra de Modrego tiene una sensibilidad especial por el símbolo, que permite una profunda conexión entre lo mundano y lo universal. Por eso, sus figuras se desprenden de sus características particulares, creando imágenes más simbólicas que naturalistas. Así, lo esotérico adquiere cuerpo y vida en sus pinturas.